Página 8 de 9 La paradoja de Sancho y la horcaY es que las paradojas sirven también para poner a prueba el sentido común. El hidalgo don Quijote para examinar a Sancho, el rey del sentido común, sobre su buen juicio, tras ser nombrado gobernador de la ínsula Barataria le propuso este encargo: “Si alguno pasare por esta puente de una parte a otra, ha de jurar primero adónde y a qué va; y si jurare verdad, déjenle pasar;
y si dijere mentira, muera por ello ahorcado en la horca que allí se muestra, sin remisión alguna”. 
Cuando Sancho tomó juramento a un hombre, éste le contestó que había venido a morir en aquella horca al otro lado del puente, para pasmo de los jueces. Fue Sancho quien dio con la solución: “El tal hombre jura que se va a morir en la horca; y si muere en ella juró la verdad, y por la ley puesta merece ser libre, y que pase el puente; y si no le ahorcan juró mentira, y por la misma ley merece que le ahorquen”. Sancho pensó que un hombre sincero y libre, pero muerto, no sirve para mucho, y decidió no dejarse atrapar por la paradoja y absolverle. Y lo justificaba así: “...Me vino a la memoria un precepto, entre otros muchos, que me dio mi amo don Quijote, antes que viniese a ser gobernador de esta ínsula, que fue cuando la justicia estuviese en duda, me decatase y acogiese a la misericordia...”
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